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miércoles, 5 de agosto de 2009

Alessandria

Un breve relato de estas tierras alessandrinas
Alessandria es un pueblo de Italia, cerca de Milano. Entre Torino y Genova. Entre el mar y las montagnas. Con puentes medievales, pinturas renacentistas y edificios modernistas. una conjugacion arquitectonica que va desde la piedra al acero. Calles angostas, de adoquinines sin veredas. Horizonte ondulado y un arroyo serpenteando la ciudad, desde una punta a la otra.
Una mezcla de colores, digna de la paleta de un pintor. Construcciones de piedra y ladrillos. Con puertas anchas y pesadas. Mas iglesias que filegreses. Mas campanadas que horas, Un concierto del tiempo sonando en destiempo.
La manana arranca con las Campanas de las 6 de la matina. Suenan potentes! Son parrocos con su celibe energia, que auyentan la noche con desprecio.
El dia sin permiso invade la ventana. Entre la modorra y mi pagana sensación comulgan los olores con sabor a desayuno.
Es medio dia, “molto caldo”- como dicen los piamonteses, mientras se secan la frente sudada buscando la sombra que es lo mas codiciado.
Los ragazzos, demasiados vestidos y las chicas… increíblemente adornadas. Todos les combina, el color de pelo, los tacos de sus zapatos, las carteras, los lentes. Parecen salidos de una revista fashion. Claro, las vidrieras dicen Saldi, Saldi, Y con pocos euros desnudan maniquíes.
Cuando el sol baja los brazos, las plazas se llenan de gente con la piel holgada. Ellos se sientan esperando al tiempo, o mirando la vida pasar, o a los que pasan en la vida
Y la tarde deja correr su brisa con tranquila libertad. Los mercaderes comienzan a levantar los puestos de frutas y verduras. Los Duraznos, manzanas, zapallos, flores y hortalizas, van pintando el cielo con sus colores. Olores, tamanos consistencias y formas las encontras en las variedades de quesos, que tienen tantos que hasta te venden la canasta para trasnportarlo sobre la espalda. Mas alla, estan los puestos de vinos regionales. Los hay de todos los colores y sabores. Tambien encontras tienda de telas, Panes y fugazas; Olios y acetatos. Todo esta para venderse.
Y cuando la noche cae, se oye el sonidos de la cascada, los timbres de las bicicletas y las mas largas campanadas.