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martes, 28 de abril de 2015


                   Don Eduardo Galeano

Por Mariana Isadora Rodriguez

 

El pasado 13 de abril de 2015,  muere en Montevideo, capital de la Republica del Oriental del Uruguay, uno de los pensadores más influyentes en la cultura popular y del pensamiento progresista  latinoamericano,  de los últimos 50 años.  Eduardo Galeano, Periodista escritor, activista  por los derechos humanos, comprometido en la situación social de su país, la región y el mundo.  Fue un  pensador  político y crítico de la  izquierda latinoamericana Ha sido para los jóvenes activistas progresistas  de los 60, 70 y   de la actualidad un guía ideológico, un referente intelectual y  cultural.

Su muerte se lloró en todo el continente. Se acercaron  grandes artistas nacionales e internacionales,  escritores, periodistas y una multitud de personas, para  dar el último adiós, en el Salón de los pasos Perdidos del Parlamento Uruguayo. “Fallece un gran maestro de la Patria Grande”, twitteo  uno de los presidentes latinoamericanos. El  ex presidente Brasilero, Ignacio Lula Da Silva consideró que la obra de Galeano es “una referencia para todos aquellos que luchan por una América latina más desarrollada,  justa e integrada”. José “Pepe” Mujica El ex presidente de Uruguay, dijo que Galeano fue un hombre “intelectualmente brillante”.

 

Eduardo Galeano ha publicado números libros y ganado  premios internacionales por sus prosas y ensayos. Uno de los libros más destacados fue sin duda “Las venas Abiertas de América Latina, publicado en 1971 y censurado por los gobiernos militares de Uruguay, Chile y Argentina.

 

Pequeña biografía

Eduardo  Hughes Galeano, nació en Montevideo, el 3 de septiembre de 1940. Hijo de una  familia de  migrantes italianos, españoles, galeses y alemanes.  Trabajo como obrero de fábrica, dibujante  de caricaturas, pintor sin éxito, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco. Entre sus pasiones se destacan la historia, la política, el amor y   el futbol.

A los 14 años comienza a trabajar  como caricaturista en el  semanario socialista  El sol, Luego fue jefe de redacción del semanario Marcha, director del diario La Época de Uruguay. En 1973, se exilió en argentina y funda la revista Crisis,  junto a otros reconocidos intelectuales de izquierda. Y en 1976,   mientras el horror se acercaba y los amigos desaparecían por error y otros por simplemente pensar. Decidió  exiliarse en Cataluña.  Allí escribió “Días y noches de amor y guerra” en 1977.  Una crónica del horror que causaba la dictadura en Uruguay y Argentina.  “A veces -escribió-  se me da por sentir que la alegría es un delito de alta traición, y que yo soy el culpable del privilegio de seguir vivo y libre”  Esta obra  recibe el premio Casa de las Américas 1978.

En 1985, regresa a Montevideo y su lucha política y social  continua. Eduardo ha sido un indignado permanente frente a las injusticias, las desigualdades sociales, las políticas de vaciamiento, explotación de los recursos naturales y los Derechos humanos.

Eduardo Galeano, escribió más de 40 libros entre 1963 y 2015.  Entre los que se destacan: Las venas abiertas de América Latina (1971), que desde su publicación se ha convertido en un clásico de la literatura política latinoamericana.  Memorias del fuego (1986), Las caras y las máscaras (1984) y El siglo del viento (1986), y que fue premiada por el Ministerio de Cultura de Uruguay y también con el American Book Award, distinción que otorga la Washington University. Las palabras andantes  (1993), El futbol a sol y a sombra  publicado en 1995.  Patas arriba. La escuela del mundo al revés, 1999. El libro de los abrazos, 2003, con  relatos breves y frases de grafitis.   Espejos. Una historia casi universal, 2008 y Mujeres a pocos días de salir a la venta, 2015

 

Premios

Fue galardonado con el premio Casa de las Américas en 1975 y 1978; Premio del Ministerio de Cultura del Uruguay 1982, 1984, 1986.

En 2013 recibió tres distinciones: el premio A. E. Havens Center Lifetime Contribution to Critical Scholarship, de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos; fue condecorado con la medalla Juana Azurduy de Padilla, la máxima distinción que otorga la Universidad Andina Simón Bolívar, de Bolivia; y el Premio Alba de las Letras.

 Además, le otorgaron el premio José María Arguedas (Casa de las Américas de Cuba), la medalla mexicana del Bicentenario de la Independencia; los premios italianos Mare Nostrum, Pellegrino Artusi y Grinzane Cavour; el premio Stig Dagerman, de Suecia 2010; la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Fue elegido primer Ciudadano Ilustre de los países del Mercosur y fue también el primer galardonado con el premio Aloa 1993, de los editores de Dinamarca.  Y fue  el primero en recibir el Cultural Freedom Price, otorgado por la Fundación Lannan en 1999, en Estados Unidos, entre otros

 

Sus libros tienen  gran sensibilidad social y  revalorizan la  identidad Latinoamericana.  Galeano encuentra pequeñas historias en  la tradición oral y la cultura popular.  Que muestran ese otro mundo, donde habitan los nadies, los dueños de nada, como escribía el, en el libro de los abrazos. Los pobres, los indígenas, los primitivos, las personas que viven en las villas miserias.   Allí hay un  mundo cargado de magia y anécdotas que se conocen y no se dicen porque no están escritas, no pertenecen al mundo de la cultura oficial, pero si del folklore  popular. 

 

LAS VENAS ABIERTAS DE AMERICA LATINA

 “Las venas Abiertas de América Latina”,  es el libro de mayor transcendencia internacional, fue traducido a 20 idiomas. Contiene  ensayos periodísticos, sobre las explotaciones de  los recursos naturales en Latino América  desde la conquista española en  siglo XV,  hasta las dominaciones contemporáneas del   XX.  Este libro, fue obsequiado por el  ex presidente de Venezuela Hugo Chávez a su par norteamericano, Barack Obama, en la V cumbre de las Américas, llevadas a cabo en Cartagena de indias, en abril del  2009.

Eduardo Galeano solía incomodar con sus preguntas ingenuas. Desde el sentido común preguntaba  sobre la opresión, sobre la esclavitud, sobre la explotación, sobre la educación. Sobre la deuda externa de los países latinoamericanos. Y con vocabulario simple, fácil de comprender podía responder  situaciones muy complejas. Decía también,  que para poder entender los problemas sociales del mundo de hoy, había que leer las páginas policiales de los diarios. Ahí es donde se encuentran  las contradicciones sociales.

La vida de Eduardo Galeano está asociada a la cultura de los años de las utopías, los sueños, las revoluciones y los grandes relatos, pero también a otros presentes de pequeños relatos y breves historias, no menos importantes, que le dieron tiempo para el  amor y los amigos. 

 Como homenaje, como corolario, epitafio. Quizás también como esta nueva forma de lectura veloz y de escritura rápida circulan por Facebook, twitter, centenares de frases de Eduardo Galeano.

 

Yo creo que fuimos nacidos hijos de los días, porque cada día tiene una historia y nosotros somos las historias que vivimos...

En e l siglo XX la mitad del mundo sacrifico la justicia en nombre de la libertad, la otra mitad sacrifico la libertad en nombre de la justicia. Y en el Siglo XXI sacrificamos las dos en nombre de la Globalización.

En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol

La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.

El poder es como un violín. Se toma con la izquierda y se toca con la derecha

La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo

 

 

martes, 14 de abril de 2015

EDUARDO GALEANO

Cuando era chico quise ser un montón de cosas que resultaron imposibles: por patadura no pude ser jugador de fútbol; por pecador tampoco pude ser santo; también quise ser pintor, pero el talento no daba. Pero de algún modo escribo pintando: si no cierro los ojos y no veo lo que voy a escribir, lo que voy a contar con palabras, que puede ser una idea, una noción, una experiencia, no puedo hacerlo. Tengo que verlo antes, lo que indica que tengo una manera plástica de escribir. Por otra parte, creo que es una pena que se haya perdido aquella sana costumbre de leer en voz alta en las escuelas, porque eso hacía que uno desde temprano se familiarizara con la música de las palabras. A cada texto lo escribo y lo reescribo, lo hago y lo rehago muchas veces, pero la prueba de fuego es la lectura en voz alta. Uno percibe la eficacia de un texto a través de su musicalidad, de cómo suena cuando se lo lee en voz alta.”
  • “No soy un pensador, por suerte, ni siquiera soy un intelectual. La palabra pensador me horroriza un poco. El intelectual se define por oposición a la manualidad o por desprecio al corazón. Yo soy un sentipensante, siento y pienso a la vez. Lo que la razón hace es organizar las sensaciones que vienen no se sabe de qué entraña: el hígado, el corazón, el estómago o el sexo... No se sabe qué es lo que genera eso que está más allá de las ideas.”
  • “Somos instrumentos de las máquinas: el automóvil te maneja, la computadora te programa, el supermercado te compra, la televisión te mira. Los instrumentos que nacen al servicio de la gente terminan por poner a la gente a su servicio. Una de las pruebas de que el mundo está al revés es lo que pasa con las ciudades: fueron creadas como lugares de encuentro entre las personas y, hoy, las personas somos intrusas en estos vastos garages.”
  • “Hay una imposición de un sistema de valores que corresponden a un modelo social que a mí no me gusta, pero que hoy por hoy se acepta como el único posible. La ‘Macdonaldización’ del mundo”.
  • “El problema es la inversión de valores: el problema no es lo que uno consume, sino que es consumido por lo que consume. Hay que empezar a reivindicar lo que es más obvio, la dignidad humana, el trabajo, el valor del trabajo, en lo que yo insisto mucho porque me parece que es una de las fuentes de la inseguridad colectiva en que vive el mundo. Los que algo tienen tienen miedo de perder lo que tienen, y los que no tienen tienen miedo de no llegar a tener nunca eso que no tienen y necesitan. Entonces es un mundo gobernado por el miedo.”
  • “El trabajo ha sido reducido al mínimo de los mínimos; vale menos que la basura. Es cada vez más difícil conseguirlo, más difícil conservarlo y ganar un salario digno. Y todo en nombre de la competitividad, que se lleva por delante dos siglos de conquistas obreras. Ahora dicen: ‘La cola es larga: tómelo o déjelo’. El auge del delito tiene que ver, entre otras cosas, con la injusticia social, con el desvalor del trabajo. El mundo actual está preso de la inseguridad y del miedo. Todos estamos más o menos presos: los de arriba, los del medio y los de abajo. Aunque la prisión puede ser un lujo: los barrios residenciales parecen fortalezas medievales con recursos electrónicos.”
  • “No soy de dar consejos ni de recibirlos, no me gustan los aconsejadores ni quiero ser uno más. Puedo, en todo caso, tratar de transmitir algo de lo que he vivido. Primera cosa: para ser capaz de decir hay que ser capaz de escuchar. Segunda cosa, me la dijo Juan Carlos Onetti: las únicas palabras que merecen existir son las palabras mejores que el silencio. O sea, yo les diría a los que empiezan: cuídense de la inflación palabrera. En América latina es tan devastadora como la inflación monetaria. Después, no se crean el cuento de que hay una frontera que separa al periodismo de la literatura. Literatura es el conjunto de mensajes escritos que una sociedad emite, tengan la forma que tengan. Uno puede decir lo que quiere decir escribiendo en periódicos o en libros. El periodismo bien ejercido puede llegar a ser muy buena literatura, como lo demostraron. entre otros. José Martí, Carlos Quijano, Rodolfo Walsh... la lista sería larga si nombrásemos a todos.”
  • “Durante los mundiales directamente me voy del Planeta Tierra. Me mudo al Planeta Pelota, igual de redondo pero más chico. Me dedico a ver todos los partidos, o al menos a intentarlo, porque siempre pasa que alguno me pierdo. Pero lo que quiero decir es que me siento con una cervecita bien fría delante de la TV y me meto en una pelota. Y de ahí no salgo hasta que el Mundial se termina. Así de sencillo. Soy fútbol-adicto. Y esto viene de la infancia más remota, porque mi padre me llevaba al estadio cuando yo todavía era un bebé. Y luego, claro, toda mi vida jugué al fútbol.”
  • “Maradona tiene que cargar con una cruz muy pesada en la espalda: llamarse Maradona. Es muy difícil ser Dios en este mundo, y más difícil comprobar que a los dioses no se les permite jubilarse, que deben seguir siendo dioses a toda costa. Y el de Maradona es un caso único, el deportista más famoso del mundo, a pesar de que hace años que ya no juega, esa necesidad de protagonismo derivada de la popularidad mundial que tiene. Quiero decir que es el más humano de los dioses, porque es como cualquiera de nosotros. Arrogante, mujeriego, débil... ¡Todos somos así! Estamos hechos de barro humano, así que la gente se reconoce en él por eso mismo. No es un dios que desde lo alto del cielo nos muestra su pureza y nos castiga. Entonces, lo menos que se parece a un dios virtuoso es la divinidad pagana que es Maradona. Eso explica su prestigio. Nos reconocemos en él por sus virtudes, pero también por sus defectos.”
  • “Quien lee algo que de veras vale la pena no lee impunemente. Leer un libro de esos que respiran cuando te los ponés al oído no te deja intocado: te cambia, aunque sea un poquitito, te incorpora algo, algo que no sabías o no imaginabas, y te invita a buscar, a preguntar. Y más, todavía: a veces hasta te puede ayudar a descubrir el verdadero significado de las palabras traicionadas por el diccionario de nuestro tiempo. ¿Qué más puede querer una conciencia crítica?”
  • “No hay nada en el mundo que no merezca ser reído. Si la literatura de denuncia no es, al mismo tiempo, una literatura de la celebración, se aleja de la vida viva y duerme a sus lectores. Se supone que sus lectores deben arder de indignación, pero ellos se caen de sueño. Con frecuencia ocurre que la literatura que dice dirigirse al pueblo sólo se dirige a los convencidos. Sin riesgo ninguno, se parece más a la masturbación que al acto del amor, aunque según me han dicho el acto del amor es mejor, porque se conoce gente. La contradicción mueve la historia, y la literatura que de veras estimula la energía de cambio nos ayuda a adivinar los soles secretos que cada noche esconde, esa humana hazaña de reír contra toda evidencia. La herencia hebreo-cristiana, que tanto elogia el dolor, no ayuda mucho. Si no recuerdo mal, en toda la Biblia no suena ni una risa. El mundo es un valle de lágrimas, los que más sufren son los elegidos que suben al Cielo.”
  • “No me arrepiento de nada. Yo también soy la suma de todas mis metidas de pata.”